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Más allá de la pastilla: por qué sanar no es solo tomar medicamentos

En la sociedad contemporánea, el consumo de medicamentos se ha convertido en una práctica habitual; muchas personas asumen que tomar una pastilla es la solución inmediata a sus problemas de salud. Sin embargo, es esencial comprender que medicar no equivale necesariamente a curar. Esta distinción es fundamental para abordar las enfermedades de manera integral y fomentar una visión más consciente de la salud.​

¿Qué implica medicar?


Medicar consiste en administrar fármacos con el objetivo de aliviar síntomas, controlar enfermedades crónicas o prevenir complicaciones. Los medicamentos son herramientas valiosas en la medicina moderna, capaces de salvar vidas y mejorar la calidad de vida. Sin embargo, su función principal suele ser paliativa o de control, sin abordar necesariamente la causa subyacente de una enfermedad.​


Por ejemplo, un analgésico puede aliviar el dolor de cabeza, pero no trata las razones por las que ese dolor aparece. De manera similar, los fármacos para la hipertensión ayudan a regular la presión arterial, pero no solucionan factores como la obesidad, el sedentarismo o una dieta poco saludable que pueden estar contribuyendo al problema.​


Curar va más allá de los síntomas


Curar implica identificar y tratar la causa raíz de una enfermedad. Esto requiere un enfoque holístico que considere no solo los síntomas, sino también los factores físicos, emocionales, sociales y ambientales que influyen en la salud. La curación puede involucrar cambios en el estilo de vida, terapias no farmacológicas, prevención y, en algunos casos, intervenciones médicas más profundas.​


Los límites de la medicación


Uno de los riesgos de confiar exclusivamente en los medicamentos es la posibilidad de efectos secundarios o dependencia. Muchos fármacos tienen consecuencias a largo plazo que pueden generar nuevos problemas de salud. Además, el uso excesivo de antibióticos, por ejemplo, ha llevado a la resistencia bacteriana, un problema global que dificulta el tratamiento de infecciones comunes.​


Otro aspecto preocupante es la medicalización de la vida cotidiana. Problemas como el estrés, la tristeza o el insomnio a menudo se tratan con medicamentos, cuando podrían abordarse con terapias psicológicas, cambios en el estilo de vida o apoyo social. Esto no solo limita la capacidad de las personas para desarrollar resiliencia, sino que también puede perpetuar una visión reduccionista de la salud.​


Adherencia a la medicación y resultados en salud


La adherencia al tratamiento farmacológico es crucial para el manejo efectivo de enfermedades crónicas. Sin embargo, estudios recientes indican que la adherencia es frecuentemente baja. Por ejemplo, una revisión sistemática en Colombia encontró que solo el 59% de los pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles cumplen con su tratamiento farmacológico, con una adherencia del 79% en diabetes mellitus y del 51% en hipertensión arterial .​


La baja adherencia se asocia con peores resultados en salud. Un estudio en Corea del Sur mostró que la mala adherencia a la medicación en pacientes con hipertensión aumentó en un 32% la probabilidad de hospitalización por cualquier causa a los dos años . Además, una investigación en México encontró que el 78.4% de los adultos con diabetes tipo 2 no eran adherentes a su medicación, lo que se relacionó con una peor calidad de vida relacionada con la salud .​


Hacia un enfoque integral de la salud


Para avanzar hacia un modelo de salud más efectivo, es necesario combinar el uso responsable de medicamentos con estrategias que promuevan la prevención y el bienestar integral. Esto incluye:


  1. Educación en salud: Empoderar a las personas para que comprendan las causas de sus enfermedades y cómo prevenirlas.​

  2. Estilo de vida saludable: Fomentar una alimentación equilibrada, actividad física regular y manejo del estrés.​

  3. Medicina preventiva: Priorizar chequeos regulares y detección temprana de enfermedades.​


Conclusión


La medicación es una herramienta poderosa en el manejo de enfermedades, pero no debe ser vista como la única solución. Medicar no siempre equivale a curar. Es fundamental adoptar un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de las enfermedades y promueva hábitos de vida saludables. Además, mejorar la adherencia a los tratamientos es esencial para obtener mejores resultados en salud y reducir la carga de las enfermedades crónicas.​

 
 
 

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dra beatriz ballesteros
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