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Demencia: un Desafío de Cuidado y Comprensión

Las demencias son un grupo de enfermedades neurodegenerativas que representan uno de los mayores retos de salud pública del siglo XXI. Se caracterizan por la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, como la memoria, el lenguaje y la capacidad de razonamiento. En Latinoamérica, la prevalencia de demencia en adultos mayores de 65 años se estima en un 11%, superando las cifras de otras regiones del mundo. Esta alta prevalencia se debe, en parte, al aumento de la esperanza de vida. Abordar estas enfermedades de forma humana y efectiva requiere no solo avances médicos, sino también una profunda comprensión del impacto que tienen en los pacientes y en sus cuidadores.


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1. Diagnóstico Temprano: La Clave para un Mejor Manejo


El diagnóstico temprano de la demencia es fundamental, ya que permite a los pacientes y a sus familias planificar el futuro y acceder a los tratamientos disponibles. En la actualidad, aunque no existe una cura para la mayoría de las demencias, los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos pueden ayudar a gestionar los síntomas y a ralentizar la progresión de la enfermedad. El diagnóstico precoz también permite a los pacientes realizar cambios en su estilo de vida, como llevar una dieta más saludable y participar en actividades que estimulen la función cognitiva, lo que puede contribuir a una mejor calidad de vida.


La falta de un diagnóstico oportuno conlleva a un peor pronóstico. Un estudio del Ministerio de Salud en Colombia reveló que la prevalencia de demencia varía significativamente, y que muchos casos no son diagnosticados a tiempo. Esto significa que las personas con demencia no reciben la atención adecuada y que sus familias no están preparadas para las complejidades del cuidado. El diagnóstico tardío también aumenta la carga sobre el sistema de salud, ya que los pacientes terminan en salas de emergencia por complicaciones que podrían haberse prevenido con un manejo adecuado.


2. Demencia de Alzheimer vs. Demencia Vascular


Existen diferentes tipos de demencia, siendo la demencia de Alzheimer y la demencia vascular las más comunes. La demencia de Alzheimer, la forma más prevalente, representa cerca del 70% de los casos a nivel mundial y se asocia con el deterioro neuronal y la acumulación de proteínas anormales en el cerebro. La demencia vascular, por otro lado, es causada por la reducción del flujo sanguíneo al cerebro, a menudo como resultado de accidentes cerebrovasculares. Es la segunda causa más común y está estrechamente relacionada con enfermedades crónicas no transmisibles, como la hipertensión arterial y la diabetes.


A menudo, los pacientes pueden tener una demencia mixta, una combinación de Alzheimer y demencia vascular, lo que complica aún más el diagnóstico y el tratamiento. Es por ello que un abordaje clínico debe ser exhaustivo para identificar los factores de riesgo y las causas subyacentes. La gestión de las comorbilidades cardiovasculares, como la hipertensión y el colesterol alto, es crucial en la prevención y el manejo de la demencia vascular, demostrando la interconexión entre la salud cardiovascular y la salud cerebral.


3. El Desafío del Cuidador: Apoyo y Prevención de la Sobrecarga


El rol del cuidador es vital para la calidad de vida de las personas con demencia, pero es una labor que conlleva un enorme desgaste físico y emocional. La gran mayoría de los cuidadores son familiares no remunerados, a menudo mujeres (se estima que entre el 80% y 90% de los cuidadores principales son mujeres), que asumen esta responsabilidad sin la formación ni el apoyo adecuados. Esta sobrecarga del cuidador puede llevar a problemas de salud mental como depresión y ansiedad, y a un mayor riesgo de agotamiento físico y emocional.


Es crucial que el sistema de salud reconozca y apoye a los cuidadores. El acceso a grupos de apoyo, a educación sobre la enfermedad y a servicios de relevo para tomar descansos, son esenciales. Un estudio de la OMS reporta que los cuidadores de personas con demencia tienen el doble de probabilidades de sufrir depresión en comparación con los cuidadores de personas sin demencia. Garantizar el bienestar del cuidador no es solo una cuestión de justicia social, sino que también mejora la calidad de la atención que recibe el paciente. Un cuidador bien cuidado puede ofrecer un mejor acompañamiento y prevenir situaciones de maltrato involuntario.


4. Educación y Comunicación para una Mejor Calidad de Vida


Educar a los familiares y cuidadores sobre la demencia es un pilar fundamental del manejo de la enfermedad. La desorientación, la irritabilidad o la pérdida de objetos son síntomas de la enfermedad, no de una mala intención. Comprender la enfermedad ayuda a los cuidadores a responder con paciencia y empatía. Por ejemplo, en lugar de preguntar "¿No te acuerdas?", es más útil usar frases que validen la realidad del paciente y que eviten la confrontación.


Crear un entorno seguro y comprensivo es vital. Esto incluye adaptar el hogar para prevenir caídas, establecer rutinas diarias que aporten estructura y seguridad, y usar señales visuales o recordatorios para ayudar al paciente. Alrededor del 81% de las personas con demencia tienen bajos niveles de escolaridad, un factor de riesgo importante que dificulta la comprensión y el manejo de la enfermedad. Por lo tanto, las herramientas educativas deben ser accesibles y adaptadas a diferentes niveles de alfabetización. Al empoderar a los cuidadores y familiares con conocimiento, se promueve un acompañamiento respetuoso y seguro, que preserva la dignidad del paciente hasta el final de su vida.


Conclusión


El manejo de las demencias va más allá de la medicación; requiere un enfoque humanista y centrado en la persona. El diagnóstico temprano, la comprensión de los distintos tipos de demencia y, sobre todo, el apoyo a los cuidadores son pilares esenciales para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Al educar a la sociedad y fortalecer los sistemas de apoyo, podemos garantizar un cuidado digno y respetuoso para quienes enfrentan esta difícil enfermedad, transformando el desafío en un camino de empatía y compasión.


Fuentes:

  1. Organización Panamericana de la Salud (OPS). (2020). Demencias en la Región de las Américas.

  2. Asociación de Alzheimer. (2023). Datos y cifras de la enfermedad de Alzheimer.

  3. Organización Mundial de la Salud (OMS). (2020). Dementia: a public health priority.

  4. Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia. (2021). Prevalencia de demencia en Colombia.

  5. Alzheimer's Disease International (ADI). (2021). World Alzheimer Report 2021: Journey through the labyrinth.

 
 
 

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